martes, 5 de marzo de 2013

PRESENTACIÓN DE “DIARIOS ÍNTIMOS”, DE YORLADY RUIZ LÓPEZ



 Por Mauricio Ramírez Gómez

El ejercicio de la literatura, y en especial el de la poesía, exige al autor honestidad y la voluntad expresa de querer correr los riesgos que este oficio implica.  La literatura es espejo, para el autor y para los lectores.  Revela a cada uno sus deseos y sus temores, y al mismo tiempo los conjura.  No es oficio para fingidores, sino para valientes que no aceptan que su existencia les arranque las entrañas todos los días, y luchan por hacer de ese combate un grito auténtico de libertad, que se oiga en muchas millas a la redonda.

Ese ha sido el empeño de Yorlady Ruiz López.  Es una mujer, que ante todo, disfruta siéndolo.  Es una artista que sufre por no poder entregarse de lleno al arte, y vivirlo, sin las afugias de la vida cotidiana.  Es una poeta que teme que la poesía la seduzca demasiado.  Es la amiga de sus amigos.  La he visto de cerca batallar sola, contra sus propios miedos, sin amilanarse.  La ha mantenido en pie su rebeldía, que la ha llevado a explorar y experimentar con formas de arte prácticamente desconocidas en Pereira, como el performance; o que la ha llevado a ofrecernos poemas como los que componen el libro “DIARIOS ÍNTIMOS”.  No le gusta el escándalo, pero no lo rehúye, siempre y cuando enriquezca su propio proceso vital y artístico.  Su verdadero placer lo encuentra en la provocación.

Y es precisamente en la provocación donde reside la importancia de estos DIARIOS ÍNTIMOS.  Provocación entendida como un cuestionamiento a la pretendida moral que condena a las mujeres que expresan y defienden su placer, pero acepta, e incluso justifica en silencio, el maltrato físico y sicológico, e incluso la violación.  Este libro es una reivindicación del deseo de la mujer.



Cuando leí este libro por primera vez, encontré algo diferente en relación con la poesía escrita por mujeres que había leído antes.  Difícilmente se verifican en esa poesía intentos por vencer el tabú de considerar el cuerpo del otro como una fuente de placer perdurable.  El sexo no se revela como un goce de la vida, sino como un interrogante, una ausencia, un ideal, un dolor, una evasión.  El cuerpo del otro, o de la otra, condiciona, atrapa, duele, porque vive, goza y existe, a pesar de quien lo desea o lo ama.

DIARIOS ÍNTIMOS es el libro de una mujer que quiere ser libre y que lo dice.  Por eso se burla de los clichés, detrás de los cuales se oculta un deseo castigado por el temor al juicio o al escarnio público.  El placer sexual y el erotismo son sinónimo de goce, de plenitud.  El cuerpo del otro no se idealiza, sino que se vive, se disfruta.  No existe la preocupación por las normas del cortejo o de la cortesía.  Bastan un sí y el deseo.  Quizás porque existe la conciencia de que nada hay más auténtico que el deseo de placer, pues parafraseando a Octavio Paz, aquél que conoce el placer no quiere ya otra cosa.

Sin embargo, no puede entenderse este libro como una oda a la instrumentalización del cuerpo o del placer.  El otro existe, debe seducir, hacerse merecedor al grado de “víctima”.  No le basta con su “apetitosa belleza”, como lo aclara en su poema Del vértigo

Necesito de nuevo la cantera,
la pica de palabras,
la sopa de letras,
embriagarme en otras bocas,
tragarme un muchacho duro
que me duela en la garganta.

Es necesario que ahogue
mi sexo en sexos, mi boca en bocas
(amable diversidad que me anda tentando)
pero van pasando las noches
y dedico mi tiempo
a la ardua cacería de insectos
que conversan y lamentan su destino.


El lenguaje usado por Yorlady en DIARIOS ÍNTIMOS es tan vertiginoso como el de sus libros anteriores.  Sin embargo, quien la haya leído antes, advertirá que el vértigo de este libro es menos provocado por las enumeraciones, y más por las imágenes.  En este libro las palabras y las imágenes atentan contra el decoro, dicen lo que las mujeres callan: Si los seres humanos son efímeros, también es efímero el placer que sus cuerpos proporcionan.  Somos más de seis mil millones de cuerpos deseosos en todo el planeta tierra.  ¿Cómo no querer jugarse siempre en esa “ruleta de cuerpos” que Yorlady evoca en uno de sus poemas?


El título de DIARIOS ÍNTIMOS dado a este libro no pudo ser más preciso, pues se trata, en efecto, de poemas escritos como confesiones íntimas.  Hace poco apenas, recordé que este interés de Yorlady por los diarios íntimos, y en especial aquellos de mujeres, venía de tiempo atrás.  No es un libro espontáneo, sino el resultado de una inquietud por aquello que encierra el acto de confesarse secretamente en páginas que de repente nos explotan en la cara, haciéndonos ver lo que no veíamos antes: el drama de quienes las escribieron y ya no están.  Esa especie de desnudez reafirma la convicción de que nadie escribe para sí mismo.  Escribir es un acto social. Y en ese sentido, quizás no haya algún texto más subversivo que un diario íntimo.  En ellos, como nos lo resume la autora:

Cada cuadro es un diario, no es negro porque una tinta lo bañe de negro, es negro porque está lleno y también bañado de tinta.  Cada día lleno mi vida de vida para extinguir el límite del vacío, de la muerte.

Agradezco a Yorlady el honor de dejarme presentar estos DIARIOS ÍNTIMOS, que estoy convencido, será un libro importante en el panorama literario de Pereira, y la llevará a lugares insospechados. Yo espero que tenga la posibilidad de llegar a las manos de muchos lectores, porque solo en la medida en que esto ocurra se podrá determinar cuán acertado fue el fallo del jurado que lo dio como ganador del Concurso de Escritores Pereiranos 2012.

Para terminar, quisiera llamar de nuevo la atención de ustedes sobre la necesidad de instaurar un diálogo entre nosotros, y de nosotros con el pasado.  Para lograrlo, debemos difundir ampliamente estas obras y promover su estudio.  Tenemos autores que a pesar de publicar libros frecuentemente, permanecen inéditos, porque son ellos mismos quienes deben hacerse cargo de la difusión, sin la ayuda de las Oficinas de Cultura ni de las Universidades ni de los medios de comunicación.  Tenemos imprentas, pero no editoriales.  Tenemos concursos que entregan buenos premios, pero sus ganadores siguen permaneciendo en el anonimato, porque los libros no se distribuyen ni se reseñan profusamente en las principales publicaciones del país.  Así es imposible configurar una literatura que haga que unos autores, o al menos unas obras, se vuelvan imprescindibles en los libros de historia, en las antologías y en los estudios críticos de la literatura colombiana.  Tenemos, pues, mucho por hacer.

En la medida en que tengamos más y mejores publicaciones, eventos, propuestas estéticas, y en general, espacios para la difusión de los autores pereiranos, tendremos mayores posibilidades de figurar en el contexto nacional con obras realmente valiosas, que hablen de lo que somos y de lo que soñamos como comunidad.  Y podremos dejar atrás la mezquindad que nos lleva constantemente a querer acabar con las iniciativas exitosas o a silenciar a los autores, sencillamente porque no están de acuerdo con nuestros preceptos políticos, estéticos o religiosos.  Somos solidarios hasta el momento en que otro hace las cosas mejor que nosotros, pues de inmediato nos convertimos en su mayor obstáculo.  Se nos olvida, como escribió Eduardo López Jaramillo, que “no es apagando faros como se construye una cultura, sino encendiendo otros nuevos”.

DIARIOS ÍNTIMOS es hoy motivo de orgullo para los amigos y las familiares de Yorlady.  Esperemos que comience a serlo también para la ciudad.  Eso queda en manos de los lectores.



Pereira, febrero 1 de 2013

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